viernes, 26 de febrero de 2016

ELSA, ANNA Y TARZÁN: ¡HERMANOS EN LA SOMBRA!

El éxito de Frozen (tan cierto como cuestionable) sigue cosechando teorías revolucionarias en las mentes inquietas de los fanáticos del film de 2013, que tres años y un cortometraje después (provisto de una inesperada y futura secuela) aún no sacia a sus adeptos, que se han quedado con ganas de más.
Si bien la primera teoría de una Elsa que hacía una simbología a la salida del armario suponía desde una ida de pinza hasta una segunda lectura que justificara porque el film parecía tan tonto en un principio (es un drama esto de hacer nieve con las manos y que nadie quiera helado), ahora la nueva teoría es que los padres de Elsa y Anna son los mismos padres que los de Tarzán (el de la versión Disney por supuesto, marco la distinción porque antes hubo un libro, no la inventó Disney, ¿lo sabéis, no?).
Dicho de otro modo, que el hombre-mono africano y las hermanas de Arendelle, provincia de Fantasilandia, son hermanos.

¿Y en qué momento tiene lugar tamaño acontecimiento?


Su co-director, Chris Buck (si es que a alguien le importa el nombre de este señor), “reveló” (seria palabra), que “no cree que los padres de Elsa y Anna murieran”.
Yo personalmente ya levanto un veto aquí... ¿qué es eso de “no crees”? ¿Eres historiador de sucesos que nunca ocurrieron o un reportero del Corazón especializado en cuentos de hadas que aún busca a la hija perdida de los Romanov?
Hecho el inciso, sigo. En esa “no muerte”, los padres de las princesas ruso-noruegas no se ahogaron en el mar, no... Fueron a parar a África, y allí tuvieron a su nuevo retoño, para posteriormente ser comidos por un jaguar (¿a que ahora el mar no resulta tan terrible?).

Por supuesto, para los que usáis un poco el coco, habrán cosas que no os cuadran. ¡Tranquilos! Estáis de suerte, porque yo os las voy a explicar:
Viendo que el barco iba a naufragar irremediablemente, sus altezas decidieron cambiarse de ropa, porque estaban demasiado elegantes para un naufragio. Tras eso, como son los famosísimos monarcas de un país inventado, consideraron que los monos de África Beach se iban a alborotar a pedirles autógrafos, por lo que decidieron invertirse el tinte de pelo (padre pelirrojo y madre castaña por padre castaño y madre pelirroja), acompañado de una ligera reestructuración facial completa que simplemente les hiciera parecer otras personas.
Y por último y menos importante, atravesaron un pequeño agujero negro que había al lado de una caracola de la orilla, para así poder viajar a otra época.
¿A que ahora os cuadra todo? :D



Así pues, tenemos a Tarzán, en la África del siglo XIX (un continente que aún sigue en el mapa), que es el hermano menor de unas princesas 3D que reinan en un pueblo habitado por 500 sims como mucho, ubicado en un lugar que yo hubiera jurado que era una isla desprendida de Rusia, aunque todo el mundo insista en lo mucho que se parece a Noruega (¿sólo por ponerla en medio de unos fiordos?); en cualquier caso, un lugar tan indefinido como su época. Pero yo diría que estas chicas tirolesas con ropas rusas que viven en Noruega no pueden ser mucho más contemporáneas que María Antonieta.

O sea, tan tonto es hablar de esta teoría como lógico que yo lo haga para ganar unos céntimos con los banners publicitarios que acompañan mi escrito, que viene a ser lo mismo que se le pasó por la cabeza a su co-director al apoyar una fantasía que ya corría en la red en bocas autoras de quinceañeras aburridas. Al señor debió gustarle la idea y pensó que validándola daba más publicidad a las dos películas de la factoría del ratón. Pero debería ser casi ilegítimo que por el hecho de ser el co-director de la película, confirme ideas sobre las propiedades narrativas y triangulación de personajes de la única otra película que dirigió él (por eso le habrá hecho ilusión la idea de que sus fans la conectaran), que se realizó hace más de una década y encima en otra técnica de animación.

Pero bueno, ya tendremos a las quinceañeras contentas y motivadas para seguir buscando lunares y marcas de nacimiento a sus princesas favoritas, y es que de estas tonterías son de las que se nutre Internet, lugar de encuentro para intelectuales, frikis y seres aburridos.
Lástima que dejaran aquello de las secuelas, porque sería maravilloso ver "Tarzán 8", narrando las aventuras del joven africano, Jane, Elsa y Anna bailando junto al muñeco de nieve y el elefante parlanchín. Es todo tan... “propio”... ¡claro que sí! :-D ¡Sida visual!