sábado, 24 de junio de 2017

ABANDONO YOUTUBE

Una de cal y una de arena. Hoy estoy de enhorabuena porque por fin he hecho pública la 3ª entrega de mi mini-serie/cortometraje “Luisabelarda Topacia”, publicada hace menos de 24 horas.
Por este motivo estaba terminando de exportar un vídeo extendido (unos 11 minutos) de tomas falsas y escenas de “backstage”, cuando de repente he pensado: -No sé si me apetece tener otro vídeo que no va a superar las 300 visitas en varios meses... -
A fin de cuentas, estas frivolidades se han de tener en cuenta de cara a la reputación de un canal (de YouTube) que ya es veterano, ya que, señores, lo abrí en 2006... “HolaSoyGerman” y “ElRubius” (y otros populares que aún graban con una webcam del Carrefour) abrieron sus canales en el año 2011, el mismo año en que yo firmaba mi primer contrato discográfico y sacaba mi primer disco de autor (segundo sin contar el anterior de versiones).
Con toda esta extensa introducción quiero ir al tema:

Queridos amigos y amigas. Estoy planteándome seriamente abandonar YouTube. No inmediatamente, pero sí en un futuro cercano.
No digo esto para llamar la atención ni buscando ningún tipo de reacción, sino tras unas observaciones, de más viejas a más recientes, que están resultando ser detonantes inminentes, resumidas en dos puntos y que explicaré abiertamente:




1º Mis ingresos han bajado cerca de un 80% de un mes para otro desde inicios de 2017.
Esto más que nada me tiene impactado, principalmente porque no lo entiendo (o entendía todavía). No entro ya en la consternación, desmoralización... y demás adjetivos, de ver cómo el valor de mi trabajo ha devaluado así (más aún quiero decir)...


2º Podría agarrarme a la idea de que lo importa sigue siendo compartir mi arte y conectar con las personas, que siempre será una de las prioridades, incluso aunque esto supusiera asumir mi auto-desprecio hacia mi propio esfuerzo al permitir que no reciba la atribución que se merece.

El caso es que ni para esto me sirve ya YouTube, pues he ido en un “decrescendo” en el que antes subía un vídeo, y si no se trataba de animación (mi producto estrella), tenía un baremo garantizado de un mínimo de 1.000 visitas que alcanzaba con esfuerzo en dos días a lo sumo, a unas 3.000 visitas si la cosa no se resentía demasiado. 
Si el material además, pese a no ser un pistoletazo de salida potente, acababa por interesar, esas visitas podían ir aumentando lentas pero sin pausa con el tiempo.

Ahora subo un vídeo, incluso de algo más comercial, llamativo, colorido, “producto pop”, y me quedo en 300, 400 visitas... Casi da igual de lo que sea. ¡¿Qué ha pasado?! ¡He ido menguando tan poco a poco que me he convertido en Pulgarcito sin darme cuenta! Y acostumbrarse a esto ha dejado de ser una opción.




Podría pensarse que con lo que diré a continuación simplemente busco una excusa porque estoy resentido.
Bueno, para mí no es una excusa, es la razón... y sobre lo otro... sí, estoy resentido, y no tengo ningún interés en negarlo.
Ya que para empezar esto se debe a la creciente oleada del fenómeno conocido como "youtuber", siempre estuvo ahí, pero nunca tan presente. La plataforma está desde algunos años favoreciendo en visibilidad a los materiales de emisión más continua y por tanto más virales (no, esto de hacer un trozo de una puñetera película cada año no nos interesa).
Pero es que de unos meses para acá todo se ha ido volviendo más cuadriculado que nunca, hasta puntos insospechados, en la trastienda de YouTube. Los cambios en la plataforma han empezado con en el reparto de pagos, favoreciendo a los creadores del tipo de material rápido mencionado antes, esto lo vemos en cosas como pagar por primera vez en la historia por cada suscripción nuevo que recibas. ¡Alucinante!
Lógicamente no todo va a ser “dar” para YouTube, así que el dinero que se gastan en eso, se lo restan a los visionados de los vídeos. Y es que a fin de cuenta grabarse delante de una cámara haciendo el “monguer” no tiene porque rentabilizarse tanto, pero eso sí, si a la gente le interesa verte haciendo el “monguer”, a nosotros nos interesa hacer dinero contigo, y de ahí que te paguemos por los suscriptores. Y con muchos suscriptores, tendrás muchas visitas, con lo que no notarás el descenso de ingresos de los visionados.

Eso ha relegado cosas más artísticas a una viabilidad casi nula, dado a que, como leí por ahí hace poco (y razón que me ha hecho pensar en esta conclusión): -para aquellos, como los artistas, que no crean su contenido como si fuesen “CHURROS!”- el modelo de negocio que ofrece YouTube ha dejado de ser rentable (¿si es que alguna vez lo fue?).

Aún tengo pendientes algunos vlogs sobre temas que quiero tratar, y por tanto los grabaré independientemente de las visitas que me reporten y algunos vídeos para "Desdoblados". Posibles trabajos puede que sean subidos, ya sea a modo de vista previa gratuita para publicitar, como con “Rapunzel Nabunzel”, o directamente como vídeo de pago/alquiler. Así que aún me queda algún tiempo en el gallinero o visitarlo eventualmente. Pero ya he comprendido que no es mi sitio.
También quiero dejar constancia de que para mí será una liberación. Llevo sufriendo los estigmas de esta plataformas desde hace mucho tiempo, y para mí ser llamado en más de una ocasión "youtuber" ha sido un insulto bienintencionado, pero insulto a fin de cuentas, pues es una etiqueta muy limitada para englobar el trabajo de un Cineasta, Cantautor, Músico e Ilustrador. En definitiva "Artista", no "youtuber".

YouTube ha sido infestado de una plaga, y como dice el refrán sobre una de ellas “sarna con gusto no pica”. Los espectadores lo quieren, y piden más, así que lo seguirán disfrutando. Pero entonces otros tendremos que irnos con la música a otra parte donde se dignifique nuestro trabajo.
Para el resto... The show must go on, que viva el Rubius y lo que quiera que sea que venda (¿cómics hechos por otras personas, Fanta?) y demás prole, que Dios los crea y ellos se juntan.

PD. Qué refranero estoy hoy...