sábado, 30 de octubre de 2021

CRÍTICA: EL JUEGO DE CALAMARDO, ¿ES TAN BUENA COMO DICEN?

¿Respuesta rápida? No.
¿Estoy diciendo que es mala? Tampoco. Pero desde luego la están sobrevalorando.

Siempre me han exasperado bastante las exageraciones, ver como un "oye, pues no está mal" se acaba convirtiendo en un "es la puta hostia" según va pasando la experiencia audiovisual de persona a persona. Parece que no sepamos medir las cosas, y el influjo "fan" lo envuelve todo a niveles insospechados, como viene pasando desde que el mundo es mundo.

Pero comencemos por el principio, que es por donde se suele comenzar (no siempre).

De entrada, vemos un argumento que no irradia originalidad pura y virginal, nos recuerda a cosas ya vistas antes, desde la obvia Battle Royal vs Juegos del Hambre, a cosas más selectas o hasta rebuscadas:

Una de las primeras que voy a mencionar, creo que no ha caído en mente de nadie. Es la infame película española Más de mil cámaras velan por nuestra seguridad. Una película que hace aguas por metro cuadrado, mala mala, como ella sola. Pero a su desenlace, la "explicación" (que no explica todos los sucesos ni de coña) era que... La podéis leer abajo, en ZONA SPOILER*, pero recuerda bastante a la serie que nos ocupa, aunque seguramente por obra de la casualidad, ya que si ni los españoles recuerdan tal película, dudo mucho que la hayan visto los coreanos.
El caso es que nunca hay nada nuevo bajo el sol, y tampoco eso es malo, en todo caso inevitable. Y también es justificable si la finalidad de lo que se quiere contar es interesante. Pero sigamos con más referencias:

En lo personal, durante la intriga del primer capítulo (o de toda la temporada) sobre el origen de estos señores enmascarados, me vino a la mente varias veces Eyes Wide Shut de Stanley Kubric.
Alguno puede estar pensando "Claaaro, como llevan máscaras ya tiene que ser esa película aunque no se parezcan en nada". Bueno, un poco más allá del tema máscaras (poco más allá, admito), coincide en el interrogante de cuál debe ser la necesidad de usarlas, en una organización clandestina, con sus propias reglas y, al menos en apariencia, ajena a las del mundo real.
Aunque evidentemente, y sin necesidad de llegar al último capítulo, se prevé que lo que tenemos aquí no es tan "profundo" como la logia de la peli de Kubrick. Más adelante veremos por qué.

También me recordó vagamente a Saló o los 128 días de Sodoma, película póstuma de Pasolini (y que fue probablemente la causa de su muerte) que con las décadas de cine que le han llovido, sigue siento altamente más perturbadora y masoquista que el título que nos ocupa, que aprovecho para recordar que le han asignado por ahí la categoría de "terror" (porque en la capa caída del género, la gente ya no sabe lo que es el terror y hay que legarle la etiqueta a cualquier cosa que lleve sangre). No sé si este género le ha sido catalogado oficialmente o no, pero es muy discutible.


Sigamos; en "Saló", también nos encontramos con un grupo de "mandamases" que aíslan a sus víctimas lo suficientemente lejos como para que no se atrevan a escapar (o no lleguen muy lejos si lo hacen), por mucho que no sea una montaña perdida en medio del mar.
Lo que diferencia a esta película italiana, o la japonesa Battle Royal y la americana The Hunger Games, es que, en todas estas, las víctimas no se prestaban a formar parte de todo aquel tinglado voluntariamente, pues eran eso: "víctimas"; y en la serie coreana de Netflix, aceptan formar parte por una razón tan trivial como necesaria: el dinero. Cosa que se encargan de justificar hasta "casi" lograrlo en los dos primeros capítulos, mostrándonos que la vida es un "infierno" sin el vil metal, teniendo en cuenta además de que hablamos de sujetos con acusados problemas económicos que incluso hacen peligrar su integridad física a manos de sus acreedores en algunos casos, como es el del protagonista. 

Sin embargo, la pregunta sigue rebotando en nuestra mente (bueno, quizá en la de algunos no), y es la siguiente: ¿de verdad abrazar una muerte segura por dinero es la única opción? Ya digo que, casi resuelven la justificación, pero solo "casi", pues son palabras mayores y está cogido bastante por los pelos. Pero en fin, no merece la pena profundizar mucho en esto, a beneplácito de que puedan seguir entreteniéndonos con lo que nos quieren contar, así que, sea como sea, "pasapalabra".

Esa es la clave, nos entretienen. Si algo tiene esta serie, es que es entretenida. ¿Eso la hace buena? Creo que hacen falta muchos valores más allá del entretenimiento para hacer que algo sea "bueno". Una trama o historia injustificada, por entretenida que sea, no es buena, y ya estoy hablando en términos generales.
Esta serie nos ofrece la curiosidad más básica, la de saber quién será el siguiente en morir, porque lo que sí está bastante claro es quien no lo va a hacer, o al menos todavía; ya que, al contrario que en las dos/tres primeras temporadas de Juego de Tronos, donde se quedaban contigo con aquello de "este es prota, no va a morir"... y Zas! (hacia el final esto ya cambió notablemente, claro), aquí nos encontramos con el pudor al más puro estilo mangaka de "no me atrevo a matar a mi prota porque es el prota".

Como punto a favor, y sin hacer spoiler por si a caso, entendemos por qué uno de los miembros lo tendría bastante difícil para "morir", aunque lo haga. Cualidad por la que resulta ser una bendición para todo aquel que forme grupo con él, ya me entendéis los que la habéis visto.
Por contra, la razón que motiva todo esto, es bastante ridícula. No imposible, pero sí ridícula. Añadir unas cuantas dosis de misantropía extrema hubiera sido mucho más convincente, o alguna pequeña reflexión social y del sistema sobre aquello de "he visto lo que el dinero le hace a la gente y el desprecio que me despierta eso". Pero no, la verdadera razón es mucho más insustancial y deja claro que, algo había que inventar para dar "luz verde" (nunca mejor dicho) a este proyecto.

Yo personalmente, devoré la temporada en dos días. Lo admito sin problemas, me enganché y quería ver en qué acababa. Por tanto es, como he dicho, muy entretenida.
Lo que no quita peso al hecho de que estamos ante un "anime live action" de personajes arquetípicos, en situaciones sacadas de quicio a lo Ataque a los titanes, que aprovechan la excusa de que van a morir todos juntos para convertirlo en unas convivencias muy chulis donde cada uno forma equipo con los personajes que aporten más carisma o el mencionado arquetipo, y que son:
el bonachón graciosete, el Toru Kazama (todo lo sabe y todo lo hace bien), la marginada social guay que se la pela todo y... venga, un anciano sabio...
Y en el grupo enemigo, tenemos: el matón por que sí, la chunga/ordinaria que grita hasta para ir a mear (literalmente), y los esbirros, porque ya no llegamos para darle personalidad a más personajes. 
No sin dotar todo ello. cada vez que la oportunidad se tercie, de una nota de humor jovial, muy "propio" del espectáculo de sangre al que estamos asistiendo. Eso ya establece las bases de que el producto que estamos viendo no es demasiado formal en ningún aspecto.

Destaco una escena, creo que en el capítulo 3, cuando tras probar la "libertad" y volver al redil, vemos al protagonista (he sido incapaz de aprenderme su nombre) con el grupito carcelario, hablando animadamente, con sonrisa de oreja a oreja y todo, muy al estilo de "bueno, ya superado el primer día de colegio me conozco esto y hasta he hecho amigos, así que hablemos de cuántos y cómo moriremos cuando entremos a clase".
Es una situación muy irreal. Alguien en semejantes circunstancias tendría el cerebro hecho trizas. No tendría ganas de hablar, mucho menos alegremente si lo hiciera. Tendría una gran carga emocional, miedo y nerviosismo, y estaría completamente desmoralizado. Pero como he dicho, esto es un anime "teenager".

Un proyecto muy adolescente en conclusión, que puede ser disfrutable si tenemos claro a lo que vamos, pese a que, visto el alcance de su éxito, parece que la inmensa mayoría lo ha disfrutado precisamente sin analizar nada de esto.

ZONA SPOILER:

Si por un casual, te has decidido extrañamente a leer esta entrada sin haber visto la serie, pues eso, que no sigas leyendo si no quieres que te lo destripe.

- Pues nos vamos al final, que es lo que interesa. Como ya he mencionado en la reseña, el por qué tras los juegos, se resume a un señor "muchimillonario", cuyo motivación en la vida es que ya no le queda de esto. Se aburre, y como le crecen los billetes bajo las axilas, monta esto, en parte para satisfacer una indefinida élite selecta que, ¿cómo no? habla en inglés, y por otra para revivir de algún modo sus días felices de infancia en la que jugaba a todo esto.
En fin, bastante marciano... Lo dicho, un odio acérrimo al ser humano, a su mediocridad, a lo miserable de la especie, sería mucho más justificado. Más teniendo en cuenta que, precisamente los que se prestan al juego letal son técnicamente deshechos de la sociedad que han conseguido convertir no sólo sus vidas en un desastre, sino las de sus familiares y gente cercana. Una especie de discutible castigo divino (pero por humanos) errático sería más propio.

- *Más de mil cámaras velan por nuestra seguridad:
El final de la película española, interpretada por el famoso y caduco "Quimi de Compañeros", coincide curiosamente con la organización de la élite del Calamar. Y es que también unos ricachones son los que ven los sucesos de estos descerebrados universitarios en el arte de morir. Arte que no vemos en la película por ningún lado, pues como digo, es mala de cojones y no queda explicado nada, ni siquiera el dónde coño tenían las cámaras en situaciones al aire libre, en plena ciudad. ¿Tienen monitorizada toda Madrid? Pero en fin, esa es otra crítica.
Pero no deja de ser curioso, porque visto lo visto, fue una buena idea argumental bastante malograda.

- La pesadumbre del protagonista, le lleva a no gastar ni un duro del dinero "manchado" del premio, por lo que suponemos que ha seguido su vida tal y como estaba antes de entrar a los juegos, con toda su mediocridad. La pregunta pues, ¿cuándo se han olvidado de él los acreedores mafiosos que habían reservado uno de sus pulmones? ¿O es que han sido pagados? Y si es así, ¿cómo les ha pagado? Porque con el dinero del premio no.

Otras dudas como, qué motiva al resto de personal de los juegos (los soldados cuadrado, triángulo y círculo y el "master mask") o el por qué siguen los juegos si el fundador ya ha muerto, supongo que tendrían su respuesta en la temporada 2, así que no analizaré eso, pero esperaremos por una satisfactoria respuesta o al menos cogida por los pelos (otra vez) pero que lo argumente.