sábado, 29 de octubre de 2022

NO HAY CAMBIO HORARIO EN LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE MI CASA

¿Estás hart@ del mismo rollo cada año? Tiene solución.
Para mí los cambios horarios terminaron en 2021, simplemente ya no podía más.

Te cuento mi sistema:

Vivimos rodeados de dispositivos conectados a la red, desde el ordenador o el móvil, hasta la tele. Parece difícil escapar de algo tan tonto como la hora, que no es otra cosa que una geo-configuración que elegiste para tu dispositivo en algún momento (o que ya venía instalada cuando lo adquiriste).
Es tan sencillo como cambiar dicha configuración.

Actualmente en mi móvil hay dos relojes: el que indica la hora de Madrid y el de Kaliningrado. Este último (y para mí ahora el primero) no sufre el "reajuste" horario de los cojones, y mantiene el que, para mí, es el horario más lógico, el del verano... Ya sabes, para que en invierno anochezca a las 7 de la tarde (que ya es triste) en vez de a las 6 (que por lo visto es más satisfactorio para los que prefieren ver 5 minutos de luz por la mañana mientras van a trabajar y salir cuando ya es de noche).


La pantalla de bloqueo de mi móvil con doble reloj

Pero diréis "¡Ah, hombre, pero eso no es una solución... eso es una mierda!

Es obvio; el mundo sigue funcionando a una hora distinta, sólo estoy auto-engañándome, pero tiene más sentido del que parece...

Para mi horario de sueño, mi toma de pastillas (si la hay), y mis rutinas varias, yo vivo en Kaliningrado.
De cara a quedar con Fulano o acudir a hacer un trámite, tengo en cuenta el reloj de Madrid.

Pensarás que no ayuda mucho eso, pero estoy escribiendo este artículo tras un año de haber puesto el experimento en marcha, y tiene más efectos beneficiosos de lo que parece:

Para empezar, si he quedado con Fulano a las 19h, cuando en Kaliningrado sean las 19h, entiendo que aún me queda una hora en el mundo real para ir a su encuentro.
Esto evita que se me haga tarde, contar con la falsa sensación de vivir una hora en el futuro y administrarme mejor.
Ojo, no hay que pensar que como en Kaliningrado estamos una hora adelantados, no tenemos que empezar a prepararnos todavía y que se nos haga tarde. No. Eso significaría que aún vives en el horario de Madrid, y no tendría sentido el experimento. Se trata de un equilibrio.
Mi reloj ahora es Kaliningrado, sin olvidar que el resto del mundo vive en la hora de Madrid, y que yo soy un alien entre los dos mundos, sin utilizar convenientemente una hora o la otra, sólo consciente de ambas cuando toca.
Del mismo modo que uno sabe que si queda a las 19h con Fulano, no puede salir a las 19h de casa, sino que tiene que contar con el tiempo que tardará en llegar al punto de encuentro, o contar con lo que va a tardar en prepararse para salir a tiempo. O sintetizando más, igual que si tienes un/a novi@ en el otro lado del planeta, y tienes que ajustar qué hora es allí para no pillarle durmiendo cuando le llames. Se trata únicamente de adaptarse a la situación concreta y seguir el resto de tu rutina en el mismo horario que tenías.

Sigues pensando que es una tontería, lo sé. La primera vez que pensé en hacer esto, duré sólo unos días. Pensé que no servía de nada si tenía que seguir pendiente al horario del mundo real, y al final dejé mi reloj como el del resto del país.

Pero recuerdo que en 2019, como siempre, el cambio se produjo de manera automática, retrasando una hora la alarma de mi móvil. Parecerá dramático, pero esa hora de más me jodió la vida. Me sentó como cuando te tomas una siesta muy larga y te levantas aturdido y con la cabeza pesada.
Para empezar no era consciente de que ya habían cambiado la hora y, por tanto, de que había dormido una hora más, pero mis bio-ritmos sí lo notaron, y se jodieron bastante.

Primero hay que decir, que yo trabajo en casa (mucho antes de esto del Covid, ya que llevo años dedicándome en exclusiva a mis producciones). Y resulta que, y esto es subjetivo para vosotros, pues es algo muy personal, tengo grandísimos problemas para dormir que ya empezaron sobre los 14 años; y desde entonces hasta ahora, sólo han ido a peor. 
Tengo tendencia a acostarme tarde, pero ni siquiera logro mantener un horario firme aunque sea de madrugada. El sueño me va rotando, y antes o después acabo acostándome cada vez un poquito más tarde, y luego soy incapaz de sentir sueño a la hora más temprana a la que hace unos días me acostaba.

Esa simple hora de mierda, me jodió el sueño cerca de un mes, en el que trabajé duro (y con mucha melatonina) para ir recuperándome. No olvidemos además que, en invierno anochece antes. Sólo falta que te descontroles y acabes viendo unas horas de sol al día. De hecho, hace años llegué a tener la vida de un auténtico vampiro, pues acababa vencido de sueño a las 7 de la mañana, y me despertaba entre las 15h y a veces las 17, pues no duermo del tirón, me despierto muchas veces y no descanso, y las 7 horas de sueño adultas recomendadas son para un descanso continuado, no para reiniciar la fase REM 20 veces.
Así que, tal cual. Entre que me levantaba, me quitaba lentamente la pereza de encima, me vestía de persona y demás, podía no llegar a ver el sol, no digamos si no salía a la calle inmediatamente después de levantarme.
Esta claro que el 95% no os sentiréis identificados con unos horarios tan locos, así que... ¿para qué lo cuento? Pues porque me da la gana. Pero también porque me sirvió para llegar a la siguiente conclusión: si yo tengo el problema y no los demás, seré yo quien me aplique la solución y que los demás sigan con la suya. Si a mí me deprima que el sol se ponga a las 18h y a los demás no, seré yo quién lo oculte a mis 19h.

Y así, finalmente, en 2021 viajé una hora en el tiempo. Al principio era extraño, pero como todo, te acostumbras y, puestos a elegir, prefiero acostumbrarme a este peculiar experimento, que al puto cambio de hora. :D
Y oye, hasta que no lo probéis... no lo juzguéis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario